Esta batalla es considerada como la más importante de las 3 guerras Macedonias.
El ejército romano estuvo bajo el mando del cónsul Lucio Emilio Paulo Macedónico y el de Macedonia dirigido por su rey Perseo. Tuvo lugar el 22 de junio de 168 a. C. en el noreste de Grecia cerca de la localidad de Pidna en el golfo de Tesalónica. Esta batalla puso de manifiesto la supremacía de la legión romana sobre la rígida falange macedonia. Según Livio los macedonios sufrieron 20.000 bajas y 6.000 fueron hechos prisioneros, a los que después se les sumaron otros 5.000 capturados en la persecución. Los romanos perdieron poco más de un centenar de hombres. En el terreno llano, los macedonios derrotaron a las legiones romanas que se retiraron en desorden hacia el monte Olocro. Para fortuna de los romanos, Perseo, en lugar de emplear su caballería y tropas ligeras en la persecución, hizo avanzar a sus falanges por las faldas del monte. Sin embargo, la batalla se resolvió en una lucha encarnizada de la infantería en el centro, con la incursión de las legiones romanas en la falange macedonia. Cada legionario tuvo que vérselas con diez picas simplemente con su espada, después de haber lanzado sus pila (pilum en singular), y los romanos no lograron entrar en la lucha cuerpo a cuerpo.
Los pelignos, aliados de Roma, se vieron forzados a retirarse, pero las filas delanteras de la falange se desorganizaron al acceder a un terreno más accidentado, y la formación empezó a romperse. Paulo, dándose cuenta de ello, envió a sus cohortes hacia los espacios abiertos en las líneas del enemigo para llegar al cuerpo a cuerpo. Una vez rota la falange, los legionarios tenían una ventaja casi insuperable sobre los falangitas, ya que estaban entrenados para luchar - en una formación más suelta y flexible - con el gladius, un arma corta y más manejable que la sarissa.
Por otra parte, los falangitas arrojaban la sarissa, lo que les obligaba a defenderse de estos soldados con sólo un puñal y un pequeño escudo de mimbre. En cuanto penetraron en ellas y las separaron, atacaron los flancos y la retaguardia de los macedonios. La falange se desgajó y huyó en desbandada.
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